
Existe en la comunidad un alto grado de desconocimiento acerca de las motivaciones para que un individuo normal y con colmillos desarrollados decida un día abstenerse de la carne y a "convertirse" a vegetarianismo. Nadie se cuestiona cuando un fumador deja de hacerlo o cuando un sujeto dice no como porotos, pero si resulta foco de atención cuando sales a comer y uno de los comensales no desea el combo “parrillada para 4”. Todos los asistentes vuelcan las miradas al que no come carne, de ahí, el diálogo y los malestares se repiten, todo comienza con un “cuéntame, con tono comprensivo, ¿y por que tu no comes carne?”, siguiendo de un “¿y a la lechuga no le duele?”, y continuando con la línea de los refranes yo pienso con calma y una sonrisa complacientemente cínica, “a palabras necias, oídos sordos”.
1 comentario:
Yita, muy buena tu idea de hacer un blog sobre vegetarianismo. Mira, por mi parte, te comento que hace más de seis años dejé de comer carne -de todo tipo- por propio convencimiento y concientización propia. Al principio, todos me miraron raro, qué porqué, qué como puede ser,que te vas a poner anémica, etc. Es absolutamente posible vivir sin comer carne, mientras uno reemplace los nutrientes, no hay ningún problema de salud: me lo demuestran todos los años los analísis que me hago, siempre me dan perfectos. Apoyo totalmente el vegatarianismo y sus derivados. Jamás podría -en condiciones normales en las cuales pued elegir- volver a probar un animal muerto! Ni loca soy cómplice de la matanza, jeje. Suerte y éxitos!
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