¡no te compliques por mí!

¿Y las lechugas no sufren? Es una de las interrogantes carnívoras que generan más escozor en cualquier vegetariano. Frente a tantas veces que se realiza esta pregunta es necesaria hacer la aclaración, pues estudios científicos dicen que las lechugas, asi como todos los vegetales no poseen un sistema nervioso central, por lo que al ser cortadas no se les provocaría dolor, y a demás sabemos que estas pueden vivir un tiempo lejos de sus raíces.

La diferencia se establece en que los animales si poseen un sistema nervioso central, el cuál libera adrenalina entre otras hormonas al momento de su muerte. Por esto, las nuevas políticas agronómicas basadas en el desarrollo sustentable, han generado métodos para disminuir el dolor en la muerte de los animales. Dentro de estas iniciativas se destaca una especie de emborrachamiento de las vacas, ya que se les suministra cebada antes de ser sacrificadas, disminuyendo considerablemente la cantidad de adrenalina en la sangre.

Para cualquier carnívoro generalmente representamos un problema a la hora de salir a comer. Pero la idea de ser vegetariano no es alejarse de la gente para comer tranquilos, yo asumo las consecuencias de mi decisión, así que libre y tranquilamente puedo ir a una parrillada y comer todo tipo de ensaladas.

Me he vuelto en sacarle el jamón a las pizzas y asidua visitante de restaurantes de comida italiana, china y árabe. Debo reconocer que jamás he pisado un restaurante naturista ni vegetariano y que al momento de pedir una pizza, o dependo de la buena disposición de los comensales y es entera vegetariana, pero no me hago problema si debe ser mitad carne, mitad champiñón.

Imagen: Virginia Browne

entre la ignorancia y el desconocimiento

Cuando escasean los conocimientos todo se mezcla y se confunde. Antes de meternos de lleno a lo que nos convoca, es decir, el “a falta de pan, buenas son las tortas” es necesario realizar algunas aclaraciones. Existen varias formas de “no comer carne” y diversas maneras de manifestarlo.


Vamos de lo menos a lo más: Los naturistas son personas que pretenden no ingerir alimentos que dañen su organismo, es decir, grasas saturadas, cigarrillos o alcohol, en otras palabras llevan una vida sana apegada a la buena comida, a la buena vida y al deporte, ellos no comen carnes rojas, pero sí carnes blancas, pescados y mariscos.

Siguiendo la línea, están los vegetarianos, quienes representan el punto medio entre el exceso y la búsqueda personal, pues no comen ningún tipo de animal, pero si alimentos producidos por ellos, es decir, leche, huevos y miel, todo lo que implique no sacrificar la vida del animal. También están los veganos, quienes no comen ni al animal, ni sus productos. Y por su parte y al extremo de la línea pro animal están los frutanos, que sólo consumen alimentos que “caigan de los árboles” y que ni siquiera impliquen el sacrificio de una planta, sus menús favoritos serían las manzanas y las semillas.


Dentro de las formas de manifestación, están los pacifistas como Gandhi, uno de los vegetarianos más famosos o los activistas, como los que te dirán, mientras tu te sirves tu delicioso bistecito con arroz, “estas comiendo cadáver”. Pero sin lugar a dudas, es difícil hablar de que las personas que no consumen carnes son no activistas, pues la omisión también representa una acción.

movimientos

La masificación de un movimiento animalista a generado consecuencias a lo largo de todo el mundo, desde las protestas en el día de San Fermín en España, donde centenares de activistas se desnudan para protestar en contar de la corrida y la matanza de toros.


También podemos ver como miembros de Greenpeace prácticamente se amarran a las ballenas para que estas no sean asesinadas. En Chile, el movimiento se ha comenzado a hacer escuchar. A lo menos una vez por semana la Casa Central de la Universidad Católica es blanco de una protesta en donde jóvenes provistos de carteles, delantales característicos de científicos y megáfonos, gritan en contra del bioterio, en donde “en nombre de la ciencia, se torturan animales” según señalan los manifestantes.

Dicha situación ya es parte del panorama común de Portugal con Marcoleta a lo que se agrega las manchas de pintura roja de la entrada de esta casa de estudios que emulan muy certeramente sangre.